El cable purificado es un "algodón" derivado de puré de hojas de artemisa y se libera de todas sus impurezas, produciendo un cable muy maleable y manejable, fácil de poner sobre la piel y aligerar.
Esta forma permite la fabricación de "granos de arroz" o "cuerdas", para uso en moxas directas; o la fabricación de conos de artemisa en rodajas de jengibre o ajo (intermedio entre la piel y la artemisa).